miércoles, 28 de mayo de 2014

ABISMO

Tuvo que cerrar los ojos para entender, pero ya era tarde. Durante el sueño vio un abismo repleto de objetos todos los cuales resultaban ser suyos, y un simulacro de vida que se precipitaba en ese mismo abismo y que, mira tu por donde, resultó ser la suya. La gestión de tantas posesiones generaba cansancio y el cansancio se fue convirtiendo en sopor de modo que, aún dormido y todo, volvió a cerrar los ojos, esta vez con estridencia. En este segundo sueño el abismo tenía el sabor de lo extremadamente soso, y resultó ser de un gris infinito.

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