martes, 7 de abril de 2015

EL COCIDO

Hacía ya muchos meses que el cocido le venía saliendo más bien bajo en calorías y proteínas, de modo que, reventando veredas, se fue monte arriba en busca de leña fácil y de algún animal perdido que animara el guiso. En estas le salió al encuentro lo que resultó ser una liebre ciega y medio moribunda, un animal extraño que parecía haber muerto hace no mucho de un susto o de algún mal psicológico, y que resucitó en domingo solo para darse cuenta de lo que significa volver a morir, esta vez a manos de un labriego hambriento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario