sábado, 25 de abril de 2015

PÁGINAS


Algunas páginas de su vida las tenía marcadas con hojas de menta; otras, con hojas de yerbabuena, y otras –las más de entre las señaladas- con un romero sin pedigrí que los jardineros municipales habían plantado en una rotonda cerca de su casa. Lo peor, como podrán imaginarse, era esa masa ingente de páginas inodoras, indoloras e insípidas de las que nada recuerda, que nada dicen, pero que pesar, lo que se dice pesar, pesaban lo suyo.

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