sábado, 26 de septiembre de 2015

LA HABITACIÓN


Por fin ponía un pie en la habitación del mítico hombre hipoteca. El habitáculo era angosto y circular. Había una pila, un colchón y un retrete. Y libros. Muchos libros que hacían las veces de poyetes sobre los que sentarse. Encontré también lo que parecía una ventana pintada sobre el techo y cegada por si las moscas a fuerza de tablones y clavos, que éstos sí eran de verdad. Afuera, en el pasillo que hacía de distribuidor, no quedaba nada. Apenas si el retumbar de unos latidos en la oscuridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario