lunes, 7 de diciembre de 2015

SIN TREGUA


Se acercaba con una rapidez de vértigo; por momentos se hacía inaplazable, urgente, hasta que de pronto se tornó inminente…y ya: por fin el día señalado –que por caprichos del calendario Juliano resultaba ser también el primer día del año siguiente- se hizo presente. Lo recibió sin ceremonias ni teatros: solo, como siempre, en silencio, como casi siempre, y con las mejillas hundidas, como venía siendo costumbre en los últimos años por mor de la natural decrepitud. El tiempo, sin tregua, seguía su curso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario