sábado, 19 de diciembre de 2015

OBJETOS


No deja de resultarme sorprendente la capacidad para olvidarme de la que hacen gala ciertos objetos que se suponen son de mi pertenencia. El mes pasado fue el audífono. Hoy ha sido la parte inferior de la prótesis dental.  Su dejadez, su extravío para conmigo, resulta hiriente. Esta tarde, después de reflexionar sobre todo este desorden panorámico, me miré al espejo y, supongo que debido a un mal humor vítreo justificadísimo que se apoderó de mis cuencas oculares, la lentilla del ojo derecho se me desprendió y ya no hubo forma de encontrarla. Lloré y lloré, hasta que no supe darme razón alguna de por qué lloraba.

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