jueves, 8 de abril de 2010

SUBVERSIÓN DEL ORDEN INJUSTO

Se produjo por fin la subversión del orden injusto en el que se fundamentaba su ausencia. Bocados de palabras encadenadas, y de besos encadenados a las palabras, y de amores encarnados que se encadenaban con gusto a las palabras y a los besos, y de pechos engendrados que se engarzaban a su vez a la cadena de besos, amores y gustosas palabras que parecían llegar de las mismísimas entrañas del paraíso; legiones de caricias y gestos incomprensibles, en fin, se abrieron camino entre los antaño yermos territorios de la distancia. Sólo la tiranía del suelo me impedía descifrar esa sucesión concatenada de risas que amanecían encadenadas a su bajo vientre. Me costaba ver su rostro, que amenazaba alegría.

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