El
veneno procedente de los besos de aquella mujer le procuraba una triste fatiga
que, con la salvedad de algunos días especialmente canallas, nunca afectó
seriamente a su aspecto exterior. Toda la simbología que le rodeaban rezumaba
éxito, y el futuro no parecía representar una pesada carga. Quizás el tono
monótono y perdido de alguno de sus monólogos, que repetía constantemente, y la
indiferencia retraída de ciertos gestos, hubiera podido aportar alguna pista.
Como fuere, nadie se explica muy bien el significado de aquel cuerpo
destartalado y sin vida metido en una bañera a medio llenar.
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