sábado, 25 de enero de 2014

UNA SONÁMBULA MÁS


Con el cuerpo extenuado tras la faena, sus párpados seguían temblando de forma convulsiva añorando un reposo que no acaba de llegar. Una fina arena, a modo de tiempo atascado, deseado y vicioso, nublaba sus ojos. Se sentía una sonámbula más que habitaba en la permanente soledad de su destierro y maldecía con insatisfacción y desprecio a todo aquel que osaba recordarle la imaginaria visión de las tinieblas. Una pléyade de sirenas traicioneras le animaban a continuar practicando la vieja costumbre de plañir por nuevas penas, sin haber tenido tiempo aún de digerir, y mucho menos de amortizar, la amargura de las viejas.

1 comentario:

  1. Trabajas muy bien las imágenes y metáforas en tus textos. El lenguaje es también rico por demás. Una agradable sorpresa haber dado con tu blog. Ya lo tengo registrado en favoritos... para seguir leyendo. Muack!^)~

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