sábado, 26 de abril de 2014

IMPREGNADA DE NECESIDAD

Vagamente impregnada de necesidad, mezcla de substancias tenebrosas y senderos impalpables, fue parida en soledad. Ese es el dato incuestionable sobre el cuál quería mantenerles debidamente informados. Pero hay más: se sabe que, el día que vio la luz, crujía en el éter una tempestad que dejaba en derredor bosques repletos de indecisas madreselvas. Sólo la rígida mineralidad de la pobreza, con su helada precisión, era capaz de sobrevivir en aquellas ciénagas donde con tanta facilidad florece la derrota. Atrás, muy atrás, quedaron los robles y los avellanos de rara transparencia y estirpe circular. Así las cosas, no es de extrañar que, aun poseyendo una hermosura transparente donde parecía llover sobre mojado, la palidez de su tacto lunar pasara desapercibida para el común de los mortales.

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