El estilo es algo así como un pañuelo alrededor de un cáncer de
garganta, dicen que dijo Beckett. El caso es que, falto como estaba por ahora tanto
del diagnóstico como del pañuelo, no paraba de preguntarse cuál sería su
estilo. Su estilo pudiera ser ese tiempo siempre idéntico así mismo que se
apoderaba de él todas las mañanas,…o el manojo de rutinas que le transportaba
de acá para allá sin otra pretensión que la de ocultar lo evidente….bien que pudieran
ser, pero no. Lo más probable es que su estilo fuera esa alcoba en la que
dormitaba sus noches, que parecía tener la virtud de oscurecer el deseo,
amortiguando con dulzura y lentitud la risa del eterno payaso.
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