jueves, 5 de marzo de 2015

LA COLA


Sinuosa y elegante, la cola avanzaba con parsimonia hacia la caja. Por cómo se comportaba pareciera un ser vivo, un ente autónomo dotado de instinto y conciencia capaz de inquietarse ante cualquier problema que pudiera obstaculizar la consumación –nunca mejor dicho- del gran acto al que estaba destinado: pagar, poseer, ser…la comunión con el sistema, al menos un día más, estaba garantizada.

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