sábado, 29 de agosto de 2009

EL BORRACHÍN

El tiempo empezó a tomar conciencia de mi existencia desde el primer día que nos conocimos. De eso no tengo duda. En esas estaba mi pensamiento cuando se me acercó aquel personaje con aspecto de borrachín al que vi salir de una nube de cartones desde los soportales que hay enfrente del cine Morasol, en Prosperidad. Cuando llegó a mí, y antes de que dijera nada, le mentí. Lo siento, le dije, no tengo dinero. El tipo miró al suelo, luego levantó sus vidriosos ojos del suelo y los volvió a bajar, y luego los volvió a subir y ya con los ojos subidos en este segundo intento me dijo que era un alcohólico de mierda y que sólo quería un abrazo. Miré alrededor por si era una broma, una cámara oculta o cosas de estas, pero a aquellas horas allí no parecía haber nadie. Le di un abrazo como creo que no se lo habían dado en su puta vida. Yo abracé al menos como no creo haber abrazado nunca. Los dos lloramos. El se quedó, y yo me fui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario