viernes, 21 de agosto de 2009

VIVIR DE PIE

Descansan las salivas y pareciera como si las lágrimas hubieran vuelto al mar de los ojos que las vieron nacer. Pero no es así. Con la palidez propia de las almas moribundas, los muelles anegados la luz oscura, de la mezquindad de la luz oscura, atraen para si las largas caricias de exasperante lentitud. Así funciona el secreto paladar de lo imposible. Te atrae a sus brazos y mueres en ellos. Incluso aquellos que resisten en los baluartes sumergidos donde reposa la sombra azul, añoran el anverso y el reverso de una luz negra que les despierte como un fulgor. Ya está próxima la primavera de piel escamosa mientras los cuerpos contractos se acostumbran a su nueva vida repleta de tenues convicciones. Insólita melancolía la que observo en medio de tanto equilibrio, pero si además tienes la mala suerte de que te pegue un lastimón, entonces no acierto a adivinar cómo podriamos vivir de pie.

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