lunes, 13 de mayo de 2013

LA RAYADA CAMISETA


Tumbado en la cama contemplaba su espíritu y lo veía como un hueco plenamente hueco, un vacío que decrecía por momentos y cuyo fin o función no alcanzaba a comprender. Pero todo esto no eran más pajas mentales que se terminaban cada mañana en el momento justo de investirse la rayada camiseta de su equipo del alma. En ese preciso instante, cuando el cuello de la camisa bajaba por su cara y el escudo llegaba al corazón, sentía cómo las piedras tenían un sentido, cada insecto, cada mamífero tenía una naturaleza, un ser, y él ,por fin, también tenía el suyo.

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