viernes, 31 de mayo de 2013

ORFANDAD


Voraz como de costumbre, su mirada dibujó un esbozo de anhelo. Fue sólo un instante, una sola mirada, lo suficiente en todo caso como para que el vaho se quedara reflejado en el cristal y los adioses entrecortados no pudieran evitar lo inevitable. Nunca pudo sustraerse del todo –seamos honrados: tampoco lo intentó- a la sensación de orfandad provocada por aquél sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario