sábado, 9 de noviembre de 2013

DEMASIADO BELLA


Como una oveja en una fiesta de lobos, paseaba por entre la manada sus incomprensibles encantos, no dejando títere con cabeza en aquel bar repleto de modernidades mudas y absortas. Por más que alzaba la mirada no lograba ver el final de la barra, ni tampoco el final de una noche que acababa de empezar y se adivinaba turbia y espesa. Demasiado bella, se dijo para sí, y tuvo un mal presagio. 

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