viernes, 15 de noviembre de 2013

SE DEMORÓ EN SU ENTIERRO


Sabía que podía decir algo, sabía incluso cuándo decirlo, aunque con frecuencia ignoraba el qué, de ahí que en general se sintiera más cómodo arrimado a los números que a las letras. También le gustaba el futbol. Cuando le llegaba el balón temblaba con la dulzura propia de un perrito juguetón. Ayer no vino a jugar el partidillo de media tarde. Al parecer, se demoró en su entierro. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario