jueves, 21 de noviembre de 2013

EN EL RETRETE


Sentado en el retrete, se entretenía durante horas urdiendo los mimbres de un universo tan personal y tan intransferible que no encontraba manera de expresarlo para que otros pudieran entenderlo. Bien es cierto que la escalofriante negrura del agujero del desagüe, así como los años luz de velocidad a los que habitualmente viajaba su mente, eran factores que no contribuían en nada a clarificar un panorama ya de por sí intrincado y espeso. El final de los tiempos llegaba justo cuando su madre, preocupada no vaya a ser que el niño se esté matando a pajas, llamaba a la puerta del baño amenazándole con tirarla sino salía inmediatamente. Por hoy se acabó, pero no importa. Mañana encontrará la manera de volver a viajar a su personal galaxia repleta de azules infinitos.

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