Resulta impropio acordarse de la nada y denominar ausencia a lo
que nunca fue, a lo que nunca estuvo en parte alguna. Claro que bien pudiera
tratarse de reminiscencias de un viaje invisible, esquirlas quizás de un vacío
primigenio, en cuyo caso la sensación de abandono, si no soportable, sí que al
menos podría explicarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario