La enfermedad y la dejadez se alimentaron la una a la otra durante
demasiado tiempo, al extremo de llegar a convertirse en la misma cosa.
Básicamente eso era lo que acontecía en su cuerpo. Su mente era cosa, y como se
quiera que ni la sobriedad ni la sencillez eran su fuerte, a la nebulosa que
reinaba en su cabeza no se le ocurrió otra cosa que idear una tortilla francesa
recién hecha rellena de helado para paliar los ardores del astro rey. El éxito
fue fulgurante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario