Sus ojos recobraron la vida y, no sin cierta dificultad, los entes
provenientes del reino de los objetos también fueron recuperando cada cual su
lugar en el mundo. Apenas si habían transcurrido dos días desde el milagro
cuando la ingenuidad y la sencillez de aquel personaje lograron retomar el
control sobre el complejo juego de la realidad.
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