miércoles, 15 de julio de 2015

RICTUS


Cuando el deseo apretaba, un rictus animal se adueñaba de su boca retorciéndola y llenándola de asombro. Era entonces cuando, con la cabeza repleta de sinvergonzonerías, pulsaba las teclas necesarias que le conducían al video del macho y la brasileira. La lujuria llegaba como un río de luz, mientras soñaba que, sin entregarse, se dejaba poseer.

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