Alguien le esperaba a la orilla de la playa. O al menos eso creía. Con el
fin de evitar que la espera se alargara en demasía, allí que iba todas las
tardes, a la orilla de la playa, para ver quién era ese alguien que le
esperaba. Para su sorpresa, quien esperaba resultó ser siempre un alguien
distinto: hoy un silencio, mañana una ola, ayer un viento, el pájaro loco, el
alga, el palo del gallinero, un niño…allí estaban: esperándole.
No hay comentarios:
Publicar un comentario