sábado, 27 de julio de 2013

LA VIEJA PARED


Aquel día, en su diario de sueños, tomó nota de una lluvia extraña que descompuso el aire en pequeñas trizas que contenían algo parecido a una luz sorda e inquieta. No era la primera vez. Ya con anterioridad había observado cómo, fruto del vértigo original que impulsara los orígenes al mundo, la atmósfera podía degradarse al extremo de caer al vacío tal cual se ahueca y cae la pintura de la vieja pared; tampoco era la primera vez que veía caer a una persona en manos de la esclavitud por causa de una pasión. 

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