lunes, 29 de julio de 2013

UN MAL DÍA


Desmemoriado y sin norte, prácticamente inexistente, deambulaba de suicidio en suicidio inventando espasmos y hurgando en mil insomnios en los que invariablemente parecía haber llovido sobre mojado. Así las cosas, estiraba su locura como si de un chicle se tratara, atiborrándose de sexo sórdido, aunque sexo al fin, y dejándose llevar por el asombroso eco de unas palabras siempre ausentes. Todo sucedía de forma tal que los vacíos y los vértigos se acumulaban sin que encontrara forma de taponar tanta grieta. En fin, lo que se dice un mal día.

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