jueves, 24 de marzo de 2016

VENCIDO


Con la inteligencia alerta y el ojo avizor, quiso realizar un repaso rápido a los hechos y acontecimientos que sin importancia aparente se habían ido sucediendo a lo largo del día. El balance no fue bueno, al punto que le vino a la cabeza la siguiente dicotomía: o bien el punto de vista, la perspectiva a mejor decir, desde el que realizaba la revisión resultaba profundamente inadecuada y habría que cambiarla, o bien la trivialidad de los eventos acaecidos en su vida durante las últimas horas resultaba tan abrumadora, eran de tal calibre, que todo o casi todo habría que darlo por perdido.  Se sintió vencido de modo que, con profundas ojeras y con una afectación innecesaria, se dejó caer en el sofá dispuesto a dejarse llevar por ese mar de pamplinas y tontunas en las que al parecer navegaba su existencia.

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