miércoles, 30 de diciembre de 2009

PASEAS EN MI INTERIOR...

Paseas en mi interior montada en tus zapatillas de bala perdida, y en ese afán, casi sin querer, rasgas los invisibles tejidos que provocan en mí la temida queja melancólica. No contenta con lo hecho, vuelves en paseo repetido y te declaras de golpe señora de todo, de lo creado y de lo increado, gesto este que yo aprovecho para volver por mis fueros y actuar como el perro loco y miedoso que siempre soñé ser. Reconvertido en perro las cosas me van mejor: olisqueo la muerte hueca y los huesos exentos de toda luz mientras imagino el instrumental sonido de tu voz e intento disimular el hecho cierto de que apenas si sé aullar a las lunas. Mis ojos no encuentran el contrapeso adecuado en los tuyos y crece en mí el pensamiento moscón que todo lo estropea. Es entonces, en medio de tanta lluvia seca, que surge el llanto, y a renglón seguido todo en mí llora en llanto innúmero, y aún sin ser, todos los llantos son ya míos.

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