Junto
al gran contenedor de basura, apenas descifrable, su vida quedó sepultada al
rebufo de un puñal que se hundió dos veces, dos, en lo más blando de su costado
izquierdo. Estrella de silencio frío, en aquél callejón de luna mineral el luto
adoptó forma de hondura lisa, corona de tierra y cielo oscuro.
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