miércoles, 24 de abril de 2013

EOLO NO LLEGÓ

En la instancia que precede al abandono, en el borde mismo del asco, faltó un soplo, sólo un soplo, para que cayera desplomado en el mágico vacío de la nada. Finalmente Eolo no llegó y todo quedó pospuesto para un poco más tarde. Podía esperar. En el ir y venir de los vientos por el cosmos no tardaría en llegar alguna corriente despistada que tocaría en su hombro incitando el vértigo y el abismo.  Podía esperar. Cobarde como era, y abatido como estaba, sólo le quedaban las fuerzas justas para esperar que le ayudaran. 

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