domingo, 28 de abril de 2013

EN EL TUÉTANO DE SÍ MISMO


Escarbando en la mismidad de su propio yo, podríamos decir que en el tuétano de sí mismo, encontró un mamífero, un bípedo implume que, tumbo a tumbo, se desplazaba ensimismado entre letras y pensamientos nacidos vaya usted a saber en qué rincón oscuro de su espacio neuronal. En perpetuo blanco y negro, sólo y ávido de sol, cargaba su yo a cuestas y lo paseaba por bares y callejuelas cargadas de abismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario