jueves, 4 de abril de 2013

TODO GIRABA

En el éter se dibujaban cuadraditos que contenían alternativamente círculos de luz y círculos de espesa oscuridad. Todo giraba. No ya la tierra alrededor el sol y sobre sí misma; también giraba el chico de la barra sobre la mareada camarera, la chica de Hong Kong alrededor del tipo que dentro de una imaginaria la cabina se desencajaba con gestos voluptuosos y desenfrenados, y todo, absolutamente todo, parecía girar a su vez sobre esa copa enorme de gin, tónica, hielo y limón que, situada en el centro de su mesa, aparecía ante sus ojos como recién sacada del CERN.

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