martes, 16 de abril de 2013

DUERME TRANQUILO


Que no es aire, ni jaspe, ni trigo, le decía la madre de su abuela, lo que ilumina tu cuna calcio amontado, y permíteme que insista, hijo, en lo que ya te dije ayer, o antesdeayer, que ya no me acuerdo: esa sed de arena y el agónico retrogusto a ceniza ciega que se acomoda en tu paladar no provienen sino de una luna de sal que habita en el techo de tu habitación y de ahí baja a tus sueños. Duerme tranquilo. Los sueños de insepulto sufrimiento y lóbrega dentadura también son vida, pero menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario