Murmura
el olvido y despiertan las palabra amamantadas de sueños. Y sueña con ella que
es como soñar en una hondonada desértica, mezcla de beso, salmuera metálica y
polvo de cielo. Un dulce aroma llegado desde nunca, desde la curvatura de
sonido agreste, habla del follaje minucioso y de la lluvia de prodigios que termina
justo en el instante que suena el despertador. Despierta, pero aún queda en sus
labios una argamasa de luz vestida de óxido verde.
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