lunes, 29 de abril de 2013

LAS ILUSIONES QUE NOS SOSTENÍAN


Ni los sulfurosos paneles repletos de rico azufre, ni las visitas a la patria del carbón de la mano de ferrosas madres autóctonas, ni los insectos comedores de piedras, ni siquiera los collares hechos de madreselva y escamas de lapislázuli, nada, definitivamente nada era tan bello como las ilusiones que nos sostenían y que se enredaban unas con otras a base de cuerdas de lluvia y luz.

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