sábado, 3 de agosto de 2013

MUJER OLVIDADA


Unas veces indomable y loco, como un caballo desbocado, otras con timbre extrañamente sereno, como si cada palabra fuera tallada sobre la piel de una madera blanda y suave, los poemas salían uno a uno de entre las manos de aquella mujer olvidada. A propósito de esa labor, dijo más de una vez que se limitaba a seguir la llamada secreta de una voz abnegada, indiferente e íntima que le animaba a recoger y portear sobre sus hombros las ambiciones y todo tipo de inmundicias nocturnas, para depositarlas finalmente sobre un papel con la mayor dulzura de la que era capaz. 

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