sábado, 31 de agosto de 2013

BARRO DE VERANO

De carácter cálido y algo denso, como el barro de verano, pesaba sobre él la imagen de un rostro bonachón, perfil éste que se veía acrecentado por una dulzura y una resignación que parecieran tener origen genérico. Con todo, no había duda de que en su pecho de adolescente se agitaba algún dolor relacionado con la terrible presencia del misterio. Una fe poderosa e inexperta le hacía perder los necesarios vínculos con una realidad que, a sus ojos, siempre tuvo algo de sospechosa y sombría. Así las cosas, el gobierno de su propio equilibrio se tornó imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario