Su
vida toda se asemejaba a aquellos lugares que no servían más que para acumular
sobre su superficie el polvo de los años. Consciente de ello, buscaba con
ahínco la divinidad en la locura . Y terminó encontrándola. Aquel día, envuelto
en la luz mágica de un amanecer, pudo reunir bajo su sola mirada la esencia de
todas las cosas del mundo.
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