jueves, 1 de agosto de 2013

MUTA EL TIEMPO Y EN SU MUTAR


Muta el tiempo y en su mutar, deja huérfano de sentido un sinfín de palabras y otro sinfín de sentimientos que, entrelazados y vistos en sí mismos, bien pudieran parecernos dignos de eternidad. Sin ir más lejos, aquél hombre con apariencia de bueno que yace allí en un banco del Parque del Buen Retiro, bien se merecía una eternidad para él solo. Y ese sol que combate por sobrevivir en medio de una descomunal guerra de estrellas, bien pudiera también brindarnos su luz eterna. Pero claro, muta el tiempo y en su mutar, nada respeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario