sábado, 2 de enero de 2010

EL TIPO AL QUE LA LUNA LE TRAJO RECUERDOS DEL MAR

De forma un tanto inexplicable, la imponente imagen de la luna llena en el ventanal del cuarto de baño le trajo a su cabeza recuerdos del mar. Claro que a veces confundía los recuerdos con los sueños y la verdad es que no tenía muy claro si lo que en ese momento llegó a su cabeza fue un sueño de mar, un recuerdo de mar, o el recuerdo de un sueño de mar. Esto es así, creo yo, que debido a que los recuerdos se forman y se evaporan como los sueños, o como se sumerge un libro en el río, es decir, sin aparente motivo o razón que lo justifique. El mar sin duda llegó a su cabeza, así que quédense con eso que es lo importante. También le solía ocurrir que le llegaban recuerdos que no cambiaban con el tiempo y otros que cambiaban tanto que apenas si resultaban reconocibles. Por ejemplo, los recuerdos o los sueños sobre vagabundos, niños y perros casi siempre llegaban a su cabeza sin mácula de cambio alguno. Sin embargo, a la trilogía de mares, cuartos de baño y lunas llenas le pasaba más bien lo contrario: no había recuerdo de cuarto de baño, de luna o de mar que se pareciera al anterior. Así pues, la comparación en esos casos resultaba complicada. Cuando el tipo al que la luna le trajo recuerdos del mar quiso explicar a sus contertulios lo que le pasaba por la cabeza le resultó del todo imposible. Intentó hablar, pero no pudo, o si lo prefieren, puede decirse que habló como hablaría alguien al que le hubieran cosido los labios. Lo que sus interlocutores podían escuchar como explicación era un sonido o más bien un ruido hueco e indescifrable que parecía provenir de un mal sueño. Nada de esto le extraño ya que desde muy joven tuvo la sensación de haber tirado su cuerpo al abismo, o haberlo vendido al diablo o vaya usted a usted que hizo el caso es que se despreocupó por completo de él. El hombre al que la luna le trajo recuerdos del mar se dijo para sí que de aquí en adelante, y hasta que llegue al moridero, conviviría con las palabras mudas y los sueños. Y con las mismas se marchó a la cama.

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