viernes, 29 de enero de 2010

LA ELE

La decimotercera letra del alfabeto español tiene por nombre ele. Lo primero que debe ser dicho a propósito de la tal ele es que su fonema consonántico resulta mitad lateral y mitad alveolar o apicoalveolar, según los gustos, lo que ya nos pone sobre aviso de que no viene de frente. El segundo comentario a realizar es que la ele, aún a pesar de no formar parte de las sordas, adoptó en sus orígenes forma de cayado, importando tal grafismo de la antigua escritura jeroglífica egipcia. Posteriormente, ya en el alfabeto fenicio, la ele continuó con su forma de cayado, aunque se dobló un poquito hacia la derecha, y en la escritura proto-semítica invirtió su cadencia llevando arriba lo que antes estaba abajo hasta formar la letra Lamed. Fue Lambda con los griegos, en el etrusco parecía una ele mayúscula pero con la base hacia la izquierda, hasta que los romanos la terminaron colocando en la forma clasica en hoy la conocemos. Se recomienda con esta letra fuertes dosis de prudencia y esmero para que las eles que habitan al final de las palabras o las sílabas no acaben convertidas en erres, ya que queda fatal robar al grito de “la bórsa o la vida”, o acabar maldiciendo como ciertos gatos con el conocido “márditos roedores”.

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