sábado, 23 de enero de 2010

NAUFRAGIO

Escondidos en los reversos de las piedras, los muertos nos lloran. Algún día, ensimismado en la negra revelación, también yo dormiré el plácido sueño de las piedras y lloraré por vosotros. Miraré el espejo y no veré sino el espejo. Mi vaho no se hará presente y en el sitial donde albergo para siempre las señales de mi aislamiento acumularé los sacos de almendras que son como mareas de misterios. La verdad aparecerá desnuda de toda desnudez: entre el principio y el final apenas si existe un hálito de estambres que el alma vertiginosa recorre veloz. Pero ya será tarde. Escarbaré en las sombras de las alegrías contráctiles y la náusea que me habita se beberá toda la luz. Pero ya será tarde. Las estancadas aguas del Leteo fabularan sobre lo que no fui y mis carnes de esponjas encallarán entre las fisuras de las tinieblas. Voy hacia el naufragio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario