miércoles, 22 de abril de 2009

HUMUS

Desdecir deshablando lo dicho y hablado es como desleer y volver desleer una y otra vez aquellos signos que nunca fueron pronunciados por labio alguno, para terminar uno sus días como inane de la más pura de las inaniciones, inane y errado, desviado y siempre inexacto, dislocado al fin por las tinieblas y un humus en descomposición que pareciera no tener fin. Grito al grifo mi lamento y observo entusiasmado la terca resistencia de la materia en comunión con la vida, del agua en comunión con el grifo, pero nada queda ya por hacer. Hablo de la nada, de mi reino, que ni es de este mundo ni de ningún otro conocido, y vaga deslocalizado y oblicuo en busca de cosas imposibles y me hace buscar a mí, que nada soy, cosas raras a modo de mariposas que mueven barcos y olas bajo las que se recogerme y dormir. Extinto ya, desleído del todo, el viento me pule y amplifica el gorjear de la pena en su canto triste, mientras termino por fundirme gustoso con el humus enamorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario