domingo, 29 de diciembre de 2013

SE ACELERABA


Se aceleraba queriendo vivir esto y aquello hasta que sus ojos enormes se adueñaron del sol, de todo el sol, en aquel verano que definitivamente fue suyo. Sin piedad, brutalmente, así solía dar cuenta del tiempo voraz y añoso que la tocó vivir, descansando, cuando era menester, a la sombra de sus propios pasos. Y supo aprender, de forma que, poco a poco, amplió la hechura de su mudable corazón, sólo para dar más cabida al goce.

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