domingo, 15 de diciembre de 2013

UN MAL TAMBOR EN UN DÍA DE LLUVIA

Como un mal tambor en un día de lluvia, el sonido de su voz resultaba pobre y extremadamente fofo, como sin ganas. Cualquiera diría que tenía el gaznate velado por un mal vino y que su garganta se limitaba a reflejar sin mucho convencimiento el eco lejano de algo que alguna vez escuchó. Y eso que se encontraba  entre los que encuentran sin buscar, y buscan sin encontrar, ora arte, ora consuelo. Pero ni modo: cualquiera tiene un mal día, y éste era el suyo.


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