jueves, 4 de septiembre de 2014

CALOR


El espanto del calor derramándose sobre su cuerpo achicharraba su espíritu, de modo y manera que, dificultada a extremos impensables la respiración y carbonizadas una detrás de otra todas sus defensas, no le quedaba otra que aguantar estoicamente las amargas embestidas de los grados e imaginar, soñar mejor, con un mañana más templado, húmedo y tolerante que llegaría a sus labios transustanciándolos, conquistando las papilas gustativas poro a poro hasta terminar adueñándose de su boca toda. En lo que a ella se refiere, en eso, y no en ninguna otra cosa, consistía la promesa de redención y de una nueva vida.

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