jueves, 4 de septiembre de 2014

LA EVIDENCIA

Se sabía metafísicamente acelerado, y soñaba que vivía dormido…que era capaz de acoplar con naturalidad a cada velocidad con su correspondiente tocino…que nadaba en medio de un vaho intenso…que habitaba el humo…que se dejaba llevar por él…que su locura era ejemplar y que todos le felicitaban…que amaba sin miedo…que las patadas eran de chocolate…y ahí, en lo de las patadas, despertó, que una cosa es soñar y otra no reconocer la evidencia.

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