jueves, 18 de septiembre de 2014

ÉL NO ERA ÉL


Volvió por la misma calle que se fue y con la misma maleta, pero no era él. Trece años esperándole y al final, cuando por fin llegó, resultó que no era él. Sabía que no era él porque con él delante seguía sin estar, aunque su ausencia era otra. Sus palabras no eran finas y azules, como las letras de sus cartas, y tenían un retrogusto grave con sabor a vacío. También le delataban sus ojos, que eran viejos, como de retaguardia, …definitivamente no, él no era él, y esos ojos no eran los suyos.

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