viernes, 5 de septiembre de 2014

DEPRESIONES Y RESACAS


Ese aspecto suyo tan triste y ensimismado poco o nada tenía que ver con su escaso conocimiento del alemán y las continuas visitas al tanatorio. Aunque cueste creerlo, su desaliento, ese cúmulo de sensaciones negativas rayanas a la desesperación, tenía su origen en una incapacidad absoluta para la improvisación. Y lo sabía. Todo lo que fuese salirse de un guión de vida prefijado que venía a ser como el eco de algo previamente soñado le costaba dios y ayuda, y creaba en él una ausencia de humedad y frescura de carácter que le hacía fácil víctima de depresiones y resacas de muy mal pronóstico.

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