viernes, 12 de septiembre de 2014

DIFÍCIL DE EXPLICAR


Alguna vieja célula ubicada en sus papilas gustativas debió explotar sin ton ni son, el caso es que su cerebro percibió un antiguo olor a maicena y, más tarde, degustó otro aroma con sabor añejo: el de su propio corazón antes de que fuera traspasado por las tentaciones, las aventuras y el goce. El sonido del tiempo al retroceder produjo en él un delirio profundo difícil de explicar.

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